Testimonio de los resultados de un proceso de coaching personal y profesional
Incluyo el testimonio literal de una coachee, una persona que ha realizado conmigo un proceso de coaching personal y profesional completo:
«Ya hace un tiempo me rondaba por la cabeza una idea… conozco a Sara desde hace varios años aunque más de cerca desde hace menos tiempo, pues la vida nos ha llevado a encontrarnos seguramente cuando yo estaba receptiva para escuchar cosas que en otro momento me hubiesen parecido como mínimo verborrea.
Hizo falta pasar por una temporada con muchas migrañas seguidas que me hicieron dejar de trabajar en algo que me encantaba, que me hacían malvivir según y cómo me levantaba ese día. No poder hacer planes ni siquiera a corto plazo o hacerlos con miedo a tener que cancelarlos por una jaqueca que me mantenía en cama mínimo 2 días.
Había dejado de controlar mi vida y lo peor la medicación del Neurólogo era la que había campado a sus anchas en mi mente.
Después de una conversación con una persona muy cercana que ya había hecho las sesiones de coaching con Sara y que sin saber muy bien cómo explicármelo, supo transmitirme que le había ido bien, decidí que era el momento de coger el toro por los cuernos.
Antes de nada, diré que durante un tiempo (hace muchos años) en el que lo pase mal, obtuve de una magnifica psicóloga una ayuda inapreciable. Así que tener unas sesiones con Sara me daba la sensación de estar traicionando un poco todo en lo que creía hasta ahora, psicólogos, médicos, en fin lo tradicional; aun así quise intentarlo y si digo la verdad, en el fondo no acababa de creérmelo demasiado, pero… insistí.
Recuerdo que el primer día quedamos en una cafetería, un poco en tierra de nadie, territorio neutral. Ella me lo puso fácil desde el minuto uno, de hecho a los 5 minutos ya estaba arrepentida de no haber quedado en un despacho, con una mesa delante.
Hace ya 4 meses que empezamos y sólo tuvimos las 8 sesiones que se establecen como máximo. A mí me hubiese encantado seguir con ese rato de paz y sosiego cada semana.
No ha sido fácil, nada más empezar te pone el mundo del revés, tu mundo; te saca de tu “zona de confort”, te hace que te replantees las cosas desde otro punto de vista; es como si alguien te sacudiese y te quedases al final del proceso todavía moviéndote con el “meneo” que te ha dado para poco a poco ir parando y que cada cosa se vaya poniendo en su sitio, el problema es que las cosas ya no tienen el mismo sitio que antes y es cuando con todas las herramientas que tienes, que no sabías que tenías y que te ha mostrado como utilizarlas, es cuando vas haciendo el hueco para que cada cosa encaje en su sitio o para tirar lo que de verdad sobra en tu vida.
Y…lo mejor de este proceso no es lo que haces durante el mismo, que también, lo mejor es lo que perdura en ti como un pozo de sabiduría con una sedimentación para que en el momento que lo necesites puedas acudir a él.
Y… si Sara es la que te mueve como se mantea a un olivo para que caigan sus aceitunas, pero eres tú la persona que ves esas ramas exentas ya de peso donde buscar las respuestas a tus propias preguntas
Sara me enseñó a respirar, si, a respirar pensando en lo que hacía, sin aditivos, con la mente en blanco, sin más.
Ni una sola de las sesiones ha sido en vano, de todas he sacado algo importante, ponerme en el lugar de los demás, utilizar un lenguaje positivo (cómo nos iría a todos si empezásemos por ahí), ser agradecida, pedir perdón a aquellos que en algún momento he podido dañar y sobretodo respetarme a mí misma, aceptarme como soy y perdonarme.
Lo mejor de todo, creer por primera vez en mi vida que soy UNICA y DIFERENTE y eso hace que enriquezca a los que están a mi lado, lo mismo que ellos me enriquecen a mí.
Gracias, Sara, gracias porque eres muy especial. Pepa Lanuza».
Pepa, muchas gracias por compartir tu experiencia en el blog y por tu valentía en probar nuevas vías de crecimiento y logro de bienestar.