Coaching para nuestros hijos
Un cliente de empresa me pregunta cómo puede iniciar en coaching a sus hijas de 9 años, ya que él está consiguiendo muchos beneficios, no sólo en su empresa sino en su ámbito personal.
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«Estimado X, con respecto a tu consulta, en primer lugar, decirte que me alegra mucho tu interés, porque esto significa que quieres que tus hijas se beneficien de algo que a ti te va bien. Decirte, que cuando yo trabajo, mi principal objetivo es conseguir satsifacción en el logro de metas, pero siempre consiguiendo BIENESTAR en el camino. Para ello combino: coaching personal y ejecutivo, inteligencia emocional o gestión de las emociones, pnl, claves de bienestar y calidad de vida…
Los libros de coaching son más para adultos. Pero, ten en cuenta, que todo lo que tú puedas aprender y aplicar en tu vida, lo transmtirás a tus hijas. Si tú estás alegre, positivo, con ganas de vivir, responsable de tus cosas, respetuoso….ellas así lo recibirán.
Algo que me motiva a tope en mi trabajo es saber que puedo estar apoyando a las personas con las que trabajo a tener mayor bienestar, pero también eso puede llegar a las personas a las que ellos quieren, como en este caso a tus hijas, familia y amigos.
Como decía Albert Einstein: «El ejemplo no es una forma de influir en las personas, es la ÚNICA forma».
Mi mejor consejo es decirte qué hago yo con mi hija. Seguro que tú ya estarás haciendo algunas de estas cosas o puedes descubrir o recordar algunas otras que te puedan ir bien, si compartes mi opinión:
- Darles mucho cariño y respeto con abrazos, besos, palabras de cariño, juegos y estar ahí para ellas.
- Cuidaros vosotros y animar a vuestras hijas a cuidarse: alimentación, descanso, ejercicio…
- Escuchar activamente todo lo que dicen y lo que no dicen, lo que insinuan o te muestran.
- Utilizar vosotros un lenguaje positivo y animarlas a ellas a hacer lo mismo, aunque ya os copiarán.
- Facilitarles un canal de comunicación, que ellas sepan que siempre os pueden preguntar y siempre estáreis dispuestos a escucharles,sin juzgarlas, con voluntad de ayudarlas.
- Preguntarles su opinión, sus deseos, lo que quieren, para poder decidir lo mejor para ellas.
- Darles refuerzo positivo: felicitar con intensidad todo lo que hagan que sea bueno para ellas (ser cariñosas, respetuosas, ayudar en casa…) y prestarles vuestra ayuda para mejorar aquello que hacen que no les beneficia (rabietas, gritos…)
- Aprender vosotros (inteligencia emocional) a gestionar vuestras emociones de forma positiva: tanto las emociones negativas (enfado, tristeza…) como las positivas (alegría, ilusión…) para sacar lo mejor de cada situación.
- Encontrar vosotros equilibrio y armonía, para poder tener y transmitir serenidad y tranquilidad.
- Animarlas a aprender, a hacer cosas nuevas y vosotros estar ahí para guiarlas y apoyarlas, sólo ayudarlas cuando de verdad lo necesiten. Así, reforzáis su confianza y seguridad.
- Trabajar con ilusión y con responsabilidad, con la satisfacción de hacer las cosas lo mejor que podáis. Eso harán ellas con sus tareas.
- Estar agredecidos con todo lo que os da la vida y expresarlo, creando un abiente en casa de agradecimiento y alegría…
Compleja tarea, pero apasionante. Unos días nos saldrá mejor y otros serán mejorables, pero lo importante es perseverar y si nos equivocamos rectificar y pedir perdón. Así, ellas aprenderán comprensión, paciencia, perdón y perseverancia…
Yo sigo aprendiendo y practicando cada día y mientras tanto, queriéndola a tope, cuidándola a ella y cuidándome yo.
Espero que te sirva y en lo que yo te pueda ayudar, cuenta conmigo.»
¡Sonríe a la vida y la vida te sonreirá a tí!